Raramente somos ajenos a lo que ocurre a nuestro alrededor. Todo, de una manera u otra, influye en nuestro ánimo. Aún aquellos que no somos capaces de formular pensamientos profundos o complejos, filosóficamente hablando, comprendemos by skin, que las cosas nos tironean de un lado u otro.
Sentarse a escribir, escuchar música en un colectivo, aislado del resto por los auriculares; leer un libros, habitar las redes sociales. Todo eso nos ayuda a distanciarnos de lo real, puesto que lo real suele ser furioso.
Hay quienes subliman esto, al contrario, sumergiéndose en otros. Se protegen en lo grupal.
En ambos casos, son defensas necesarias porque es tan dañino un problema como la ausencia de un problema. La nada es tan dura como el todo.
Eso
MP
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